A veces quienes buscan trabajo se lamentan de que no obtienen los resultados deseados con su currículum vitae. Y es que, pese a ser la puerta de entrada al mundo laboral, el CV rara vez alberga en sus entrañas todo aquello que las empresas desean saber sobre los candidatos y todo lo que estos desean transmitir a las compañías.
Ser dueño de un currículum que sea un ejemplo de perfección ayuda a la hora de encontrar trabajo, pero tampoco es garantía de éxito.
A continuación, desmenuzamos las razones por las que el CV (por más que sea súper perfecto) importa en realidad poco o nada a la hora de echar el ojo al trabajo perfecto:
1. Los currículos no revelan si el candidato encajará o no en la cultura de la compañía
Un currículum no aporta lamentablemente a los responsables de recursos humanos respuestas a preguntas absolutamente claves y que entroncan directamente con la cultura de la empresa en la que el candidato aspira a trabajar: ¿es curioso?, ¿siente pasión por el arte y la música?, ¿se le da bien trabajar en oficinas de concepto abierto donde la colaboración es la norma? El CV es un documento necesario, pero en absoluto decisivo, para encontrar empleo. Nadie encuentra trabajo gracias única y exclusivamente a lo que pone en su CV, que se les queda inevitablemente "corto" a los responsables de recursos humanos.
2. Los currículos no revelan si el candidato destacó o no en sus anteriores puestos de trabajo
A algunos responsables de recursos humanos ven chispas cuando se topan en el CV de un candidato con una empresa grande y de mucho renombre. Haber estado ligado profesionalmente a compañías importantes es de muchísima ayuda a los candidatos (de eso no hay duda). Pero, ¿es haber trabajado en la empresa X (por muy relevante que ésta sea) garantía de haber tenido allí un buen desempeño profesional? Lo cierto es que es no (y eso es lo que de verdad desean saber quienes están a cargo de la contratación de personal).
3. Es difícil dar cuenta de las denominadas "soft skills" en un CV
Las "soft skills" o habilidades blandas son muy difíciles de trasladar al papel. Al fin y al cabo, cualidades como la iniciativa, la determinación, la empatía y la capacidad de negociación se demuestran en la vida real y no sobre el papel.
4. Los currículos distan mucho de ser objetivos
Un currículum, incluso aquel que está escrito de la manera más objetiva posible, no hace por lo general un retrato absolutamente preciso (y 100% libre de exageraciones y mentiras) de la persona que está detrás.
5. Hay muchísimas cosas que escapan inevitablemente a los currículos
La formación y la experiencia que un candidato vuelca en su CV proporcionan muchísima información a los responsables de recursos humanos, pero se trata de una información irremediablemente "coja" que hay completar necesariamente con entrevistas cara a cara.